Heredia. “Vamos a pasar, con seguridad te digo”.
Eso es lo único que le pasa por la mente al entrenador rojiamarillo, Salvador Ragusa.
Él aún no sabe qué fue lo que pasó en el juego de ida (3-1), todavía busca la razón de por qué su equipo se cayó en el Puerto, en los últimos 20 minutos, y está a punto de naufragar su ilusión de alcanzar el ansiado título.
Su angustia, o enojo, es evidente en sus comentarios. Cruzar palabras con el estratega se vuelve algo complicado, porque al recordarle lo sucedido en el juego, se altera fácilmente.
“Era un partido controlado, después hicieron un tiro libre y ahí el equipo se desinfló, no sé por qué. No nos crearon una opción de gol en 65 minutos, eso es lo que no me explico. No nos pueden hacer un gol y venirnos abajo así, estamosjugando una final” declaró bastante alterado el técnico argentino.
El problema del Herediano parece que va más allá de la capacidad futbolística. ¿Es algo mental? Después del primer gol, se notó el nerviosismo en sus jugadores, y para muestra el segundo tanto.
“¡Es lo que estoy trabajando desde que llegué! Tenemos que jugar el partido de vuelta, es un rival díficil. ¡Pero vamos a pasar, no nos vamos a quedar en el camino!”expresó eufórico Ragusa.
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